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El Servicio Departamental de Gestión Social (Sedeges), habilitó unos terrenos que estaban sin uso en los predios donde funciona la institución, para que sean empleados como pequeños huertos, parcelas y un invernadero en terapias ocupacionales dirigidas a niños y niñas de los hogares de acogida en Tarija.

 La directora del Sedeges, María Esther Valencia, indicó que pidieron ayuda a los hogares como el Moisés Navajas, Nueva Esperanza y de la Sagrada Familia, para que los niños o niñas aprendan a cultivar verduras, sin utilizar fertilizantes, pesticidas o químicos que a la larga afectan a la salud.

 “Sin duda fue un importante avance el poder habilitar estos terrenos que estaban llenos de escombro y basura, entonces fue una importante gestión de esta Gobernación el habilitar las parcelas y otorgarle a cada hogar de acogida un pequeño espacio para que ellos puedan cultivar sus hortalizas, sus verduras y algunas frutas”, explicó la directora.

 Valencia, señaló que estos serán productos 100 por ciento orgánicos, por eso ahora los niños y niñas pudieron ver cómo se siembra, luego la manera de cosechar las cebollas, lechugas, frutillas, nabos, puerros, espinacas, apio y perejil, como una sana competencia entre hogares y viendo quién saca los mejores vegetales u hortalizas.

 “Hemos tenido la pasada semana la cosecha de los zapallos, era el concurso de ver cuál zapallo ha salido más grande y esta es una terapia ocupacional que se está llevando de esta gestión y ahora en vacaciones de invierno se está reforzando esta actividad con los chicos, porque ahora tienen más tiempo para pasar aquí en el huerto y en el invernadero donde están las semillas y luego saldrán las plantas para ser colocadas en este jardín”, detalló Valencia.

 Agregó que para la Gobernación el resultado es positivo, porque se disminuye la compra de verduras a terceros, pero el mayor éxito se ve en los niños, niñas y adolescentes, en el trabajo desarrollado, para aprender a sembrar, viendo los huertos llenos de verduras y hortalizas, pero ellos también se llevan sus huertos en pequeñas cajitas, trabajo coordinado con la ingeniera agrónoma quien visita los hogares para verificar cómo se encuentran las frutas o verduras para su consumo.